¿Cómo afecta la enfermedad de la depresión al funcionamiento de una persona?

Los síntomas de la depresión clínica incluyen sentimientos de tristeza, agotamiento y pérdida de interés en la vida cotidiana. Además, los pacientes pueden encontrarse durmiendo demasiado o comiendo muy poco. También pueden tener problemas de atención y memoria. Su flexibilidad cognitiva, su capacidad para tomar decisiones y sus funciones ejecutivas también se ven afectadas.

Síntomas

La depresión es un trastorno mental que puede hacer que una persona se sienta cansada, irritable y aletargada. También puede provocar una mala salud física. Una persona con depresión tiene patrones de sueño erráticos, dolores musculares y disminución del apetito. También puede tener pensamientos de suicidio o de autolesión.

Aunque muchas personas experimentan cambios de humor de vez en cuando, los síntomas de la depresión pueden ser graves. Puede interferir en la vida personal y profesional. Una persona puede volverse reclusa o experimentar fatiga crónica. Aunque estos síntomas no ponen en peligro la vida, deben ser tratados. Hay varias maneras de tratar la depresión, incluyendo la medicación, la terapia y un cambio en el estilo de vida.

La depresión suele afectar también a la familia de la persona. Puede hacer que la familia de la persona se sienta impotente y enfadada. Incluso pueden experimentar sentimientos de vergüenza o culpabilidad. Tener una red de apoyo es una ayuda importante para una persona que sufre depresión. Los familiares pueden ofrecer consuelo y atención. También pueden ser decisivos a la hora de reconocer cuando un problema es grave y ayudar a crear un entorno que apoye la recuperación.

La depresión clínica se caracteriza por la presencia de tristeza y un bajo nivel de energía. Además, una persona con depresión puede perder el interés por las cosas que antes disfrutaba. También puede experimentar pérdida de peso y dormir en exceso. También puede producirse un deterioro cognitivo. Las personas deprimidas tienen poca capacidad de atención, poca memoria y un funcionamiento ejecutivo reducido. Los tratamientos para la depresión pueden afectar al funcionamiento de una persona de muchas maneras. Pueden incluir medicamentos, psicoterapia o una combinación de ellos. El mejor tratamiento para la depresión es la intervención temprana. Sin embargo, muchas personas con depresión aún no reciben la atención adecuada. Hay muchas opciones de tratamiento, y cada una de ellas puede ser eficaz para diferentes personas.

Las personas que sufren depresión suelen tener pensamientos suicidas. Además, estas personas son más propensas a tener problemas médicos, como dolor crónico o abuso de sustancias. Los estudios han demostrado que la depresión puede ser hereditaria. Las personas con baja autoestima también son más propensas a desarrollar la enfermedad. Los factores ambientales también pueden influir en el desarrollo de la depresión. Sin embargo, la depresión puede afectar a cualquier persona de cualquier edad. El tratamiento de la depresión puede ser diferente para hombres y mujeres, dependiendo de la edad, el sexo y la genética de la persona.

Si no se trata, la depresión clínica puede afectar a la salud física de una persona. Estudios recientes han investigado los vínculos entre la depresión mayor y la enfermedad arterial coronaria. Las personas que sufren una depresión mayor tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Además, tienen más dificultades para seguir las órdenes del médico y para afrontar los retos. También tienen mayores tasas de mortalidad en los primeros meses después de sufrir un infarto o un ictus.

Puede utilizarse una combinación de antidepresivos para ayudar a una persona a superar la depresión. Algunos de estos medicamentos, como los ISRS, son más eficaces para aliviar las formas graves de depresión. Sin embargo, deben tomarse con precaución, sobre todo si la persona sufre problemas hepáticos o renales.

Química cerebral

Las causas de la depresión se basan en gran medida en un desequilibrio de la química cerebral. Los altos niveles de cortisol, la hormona del estrés, aumentan la inflamación en una parte del cerebro conocida como amígdala. Esta parte del cerebro controla las emociones. Esta inflamación puede provocar la muerte de las neuronas. También puede disminuir la neuroplasticidad del cerebro. Esto puede causar problemas de memoria y concentración.

Los investigadores también están estudiando el papel de los neurotransmisores en la depresión. Han demostrado que los individuos afectados por la depresión tienen niveles más altos de la enzima monoamino oxidasa A, que descompone neurotransmisores clave. Esto puede conducir a niveles bajos de dopamina y otros neurotransmisores en el cerebro. Un modelo optogenético de ratón ha demostrado que la inhibición de las neuronas liberadoras de dopamina en el cerebro medio provoca comportamientos similares a la depresión. También parece que el estrés crónico puede ser un factor clave en la depresión.

Los investigadores han identificado más de 100 tipos diferentes de neurotransmisores en el cerebro. Este desequilibrio en los neurotransmisores puede contribuir a la reducción del volumen cerebral en los individuos deprimidos. Sin embargo, esta teoría no es definitiva. A pesar del éxito de algunos medicamentos, no hay una relación clara entre los neurotransmisores y los trastornos mentales.

Aunque los antidepresivos han demostrado ser beneficiosos para algunas personas que sufren depresión, muchos pacientes siguen sin responder a estos fármacos. Esta falta de conocimiento ha obstaculizado los avances científicos en este campo. Aunque los antidepresivos funcionan en algunos casos, entre el 30 y el 40% de las personas deprimidas no responden a ellos.

Sistema inmunitario

La enfermedad de la depresión puede afectar al sistema inmunitario de una persona de varias maneras. Por ejemplo, los estudios han demostrado un mayor riesgo de depresión en pacientes con trastornos autoinmunes como la artritis reumatoide (AR). Los investigadores también han encontrado un aumento de los marcadores inflamatorios en los pacientes con depresión. Esta inflamación también puede conducir a cambios de comportamiento que pueden contribuir a la angustia emocional.

Investigadores de la Universidad de Zúrich (Suiza) han identificado ahora una conexión entre los trastornos depresivos persistentes a largo plazo y los cambios en las células inmunitarias. Su estudio sugiere que el trastorno puede alterar la forma y las propiedades mecánicas de las células inmunitarias. Esto puede dar lugar a células inmunitarias deformables, lo que puede mermar la capacidad del organismo para combatir infecciones y otras dolencias.

Los hallazgos de este estudio indican que las citoquinas inmunitarias innatas desempeñan un papel importante en la enfermedad. Estas moléculas influyen en casi todos los ámbitos de la fisiopatología relevantes para la depresión, incluyendo el metabolismo de los neurotransmisores, la función neuroendocrina y la actividad regional del cerebro.

Además de la inflamación, el estrés también está relacionado con el deterioro de las funciones inmunitarias. En un estudio con ratones, los investigadores demostraron que los ratones expuestos repetidamente al estrés desarrollaban una respuesta inmunitaria. Estas respuestas inmunitarias dieron lugar a la liberación de proteínas inflamatorias, que afectaron a ciertas partes del cerebro y provocaron la atrofia de esa región. Como resultado, los ratones mostraron comportamientos depresivos comunes. Aunque se necesitan más estudios, este hallazgo ofrece una posible relación causa-efecto entre el estrés y la función inmunitaria.

El estrés psicosocial es otra causa importante de los trastornos del estado de ánimo. Los estudios han demostrado que este estrés puede aumentar los niveles de marcadores inflamatorios y la unión al ADN de NF-kB en la sangre periférica. Estos hallazgos sugieren que los pacientes deprimidos pueden ser más susceptibles a las infecciones que otras personas.

Hábitos de sueño

Los hábitos de sueño son muy importantes para la salud general de una persona. Si tiene problemas de sueño, debe consultar a un médico. Pueden recetarle ciertos medicamentos y psicoterapia para ayudarle a dormir mejor por la noche. También debería considerar la posibilidad de cambiar su estilo de vida. Si lo hace, puede promover un buen sueño y prevenir los problemas de sueño.

Los investigadores han descubierto que los patrones de sueño de una persona influyen en su riesgo de depresión. Los que se acuestan más temprano y se despiertan más temprano son menos propensos a sufrir una depresión mayor. Esta asociación se descubrió en un estudio en el que participaron 32.000 enfermeras. Los investigadores también han relacionado los patrones de sueño con los datos genéticos. Este estudio es la prueba más sólida hasta la fecha de que los hábitos de sueño pueden afectar al riesgo de depresión.

Aunque el sueño de una persona es fundamental para su salud y bienestar general, la relación entre el sueño y la depresión no siempre está clara. El insomnio puede hacer que una persona esté irritable y deprimida. El insomnio también puede llevar a la depresión si no se trata. El insomnio también puede afectar a la capacidad de una persona para hacer frente a situaciones difíciles.

Una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable son esenciales para mejorar la calidad del sueño. Limitar la ingesta de cafeína y azúcar durante el día, y evitar las comidas copiosas a última hora del día pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño.

Pensamientos suicidas

Los pensamientos suicidas y la depresión pueden tener efectos graves en la vida de una persona. Estos pensamientos pueden interferir en el funcionamiento diario de la persona e incluso pueden provocar lesiones permanentes, como fallos orgánicos y daños cerebrales. Como resultado, los supervivientes de intentos de suicidio a menudo experimentan sentimientos de ira, tristeza, culpa y depresión.

Aunque los pensamientos suicidas no siempre son obvios, hay algunas señales de advertencia comunes que indican que una persona está teniendo pensamientos suicidas. Los signos pueden variar de una persona a otra, y si estás preocupado por un ser querido, es importante buscar ayuda profesional. Afortunadamente, los signos de pensamientos suicidas son tratables en muchos casos. El primer paso del tratamiento es identificar los síntomas. Si crees que alguien está experimentando pensamientos suicidas, toma medidas inmediatas para protegerlo.

A menudo, los pacientes que acuden a la atención primaria no revelan su intención de suicidarse. Sin embargo, el 59% de las víctimas de suicidio por depresión declararon haber informado a un proveedor de atención médica sobre sus intenciones. Este hallazgo es preocupante, ya que el paciente puede dudar en compartir sus sentimientos sobre el suicidio. Aunque esto es preocupante, es importante recordar que la mayoría de las personas que sufren depresión no buscan activamente el suicidio.

Los pensamientos suicidas y la depresión están relacionados, y los estudios sugieren que existe un mayor riesgo de suicidio entre los individuos que sufren desesperanza. Se han desarrollado varias escalas estandarizadas para evaluar el nivel de depresión e ideación suicida. Sin embargo, ninguna de ellas tiene un alto valor predictivo.

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