Comprender las diferencias entre las enfermedades mentales

Aunque los términos “salud mental” y “enfermedad mental” se han generalizado, muchas personas siguen confundidas sobre las diferencias entre ellos. A pesar de la creciente aceptación de estos términos, todavía es necesario investigar más para entender el impacto que las enfermedades mentales tienen en la vida de una persona. El tratamiento de las enfermedades mentales puede obtenerse de diversas fuentes, incluido el Hospital McLean.

Diferencias genéticas entre los trastornos psiquiátricos

En el pasado, los estudios genéticos sobre las causas de los trastornos psiquiátricos se han centrado en los loci compartidos. Sin embargo, ha habido estudios recientes que exploran las diferencias en la arquitectura genética entre los trastornos psiquiátricos. Un estudio comparó 9.252 casos de TLP con 7.129 casos de esquizofrenia, y descubrió que había claras diferencias entre los grupos en cuanto a las puntuaciones de riesgo poligénico. Los resultados aportaron nuevos conocimientos sobre la base genética de estas diferencias. Otro estudio comparó un número mucho mayor de casos de SCZ y BPD. En ese estudio, los investigadores identificaron dos SNP significativos en todo el genoma asociados a estas dos condiciones.

Aunque la investigación genética de los trastornos psiquiátricos ha avanzado mucho en la última década, la arquitectura genética de estos trastornos sigue siendo incompleta. La secuenciación del genoma completo y del exoma a gran escala promete nuevos conocimientos. Además, muchas cuestiones pendientes tienen que ver con las dimensiones fenotípicas de las variantes genéticas de riesgo. Se cree que muchas influencias genéticas actúan a través de fenotipos de diagnóstico cruzado, influyendo tanto en los resultados clínicos como en el tratamiento.

Los datos genéticos muestran un alto grado de heredabilidad para los trastornos psiquiátricos comunes. Sin embargo, estas diferencias rara vez se investigan en el ámbito clínico. En el pasado, los estudios se centraban principalmente en las similitudes entre los dos trastornos psiquiátricos. Para un análisis detallado de las diferencias genéticas, es necesario realizar estudios de casos.

Este estudio se ha publicado en la revista Biological Psychiatry. Es el mayor estudio de asociación de todo el genoma realizado hasta la fecha y en él participaron más de 100 investigadores. Examinó las diferencias genéticas entre hombres y mujeres y entre diferentes trastornos psiquiátricos. También se analizó si existía un vínculo genético entre los rasgos reproductivos femeninos y las puntuaciones de riesgo poligenético.

Los investigadores han identificado polimorfismos de un solo nucleótido (SNP) que afectan a la susceptibilidad de los hombres a la esquizofrenia y de las mujeres al trastorno bipolar. Sin embargo, hay otros factores que influyen en el riesgo de desarrollar estos trastornos y que también pueden desempeñar un papel.

Del mismo modo, las asociaciones genéticas entre la esquizofrenia y la anorexia nerviosa no se han determinado completamente. Sin embargo, estos estudios han identificado similitudes fenotípicas que sugieren que existe un vínculo genético entre estos trastornos. Por ejemplo, un alto neuroticismo es un predictor de la posterior aparición de la anorexia nerviosa, al igual que un alto índice de escolaridad.

Actualmente, el concepto de endofenotipos es un tema candente en la neurociencia psiquiátrica. Sin embargo, hay una trampa: el concepto es vago. En algunos casos, los endofenotipos son simplemente rasgos que pueden ser controlados por unos pocos genes. Sin embargo, este enfoque no está validado científicamente para los trastornos psiquiátricos. El concepto está todavía en las primeras fases de desarrollo e investigación.

Diagnóstico de la enfermedad mental

Aunque un diagnóstico no resuelve los síntomas de la enfermedad mental, es un primer paso importante hacia el tratamiento. Permite a las compañías de seguros de salud conocer su condición y le ayuda a calificar para los beneficios de incapacidad bajo la Ley de Seguridad Social. También puede ayudarle a obtener protección en el trabajo en virtud de la Ley de Estadounidenses con Discapacidades. Aunque el diagnóstico no cura los síntomas, es un primer paso crucial hacia el tratamiento y la protección de sus derechos. Como enfermo mental, debe estar orgulloso de su decisión de obtener ayuda y aprender más sobre su condición.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) es el manual definitivo para diagnosticar los trastornos mentales. Está publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría y establece unos criterios específicos para cada diagnóstico. Utilizando estos criterios, un profesional de la salud mental puede hacer un diagnóstico más preciso.

La gravedad de las enfermedades mentales puede variar, pero los factores genéticos, ambientales y sociales son todos factores que pueden contribuir al desarrollo de un trastorno. Un profesional médico puede hacer un diagnóstico y proporcionar opciones de tratamiento basadas en la gravedad de los síntomas de una persona. Al entender cómo se diagnostican las enfermedades mentales, las personas pueden sentirse más seguras cuando se enfrentan a estos problemas.

Un profesional de la salud mental realizará una evaluación exhaustiva de sus síntomas y discutirá su historial médico. También puede solicitar pruebas de laboratorio y realizar un examen físico para descartar cualquier causa física de su enfermedad. Después de una evaluación exhaustiva, un psiquiatra puede recetar medicamentos para ayudarle a lidiar con sus síntomas.

Además de ayudar a los pacientes a obtener la ayuda que necesitan, un diagnóstico de enfermedad mental ayuda a orientar la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos. Un sistema de diagnóstico estandarizado crea un lenguaje común entre los profesionales de la salud mental y facilita la investigación clínica. También permite a los médicos centrarse en los detalles de los síntomas de un paciente y evaluar al mismo tiempo los problemas más amplios que pueden afectar a su recuperación.

Una vez realizado el diagnóstico, debe reunirse con su médico y discutir su progreso. Si no responde al tratamiento, puede buscar otro médico. También debería considerar la posibilidad de buscar asesoramiento o un grupo de apoyo entre iguales. A menudo son muchos los beneficios de hablar con compañeros que han superado con éxito las enfermedades mentales.

El cerebro puede cambiar con el tiempo, y un médico puede utilizar la neuroimagen para identificar daños o subdesarrollo en ciertas áreas del cerebro. En las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad, por ejemplo, las conexiones de regulación emocional pueden estar menos activas. Asimismo, las personas con síntomas depresivos pueden tener áreas cerebrales hiperactivas o hipoactivas. El uso de la resonancia magnética puede ayudar a identificar estas diferencias en la actividad cerebral.

Tratamiento de las enfermedades mentales

El tratamiento de las enfermedades mentales es crucial para la salud y el bienestar de una persona. Aunque la mayoría de las enfermedades mentales no se pueden curar, los mejores tratamientos ayudan a minimizar sus síntomas y a que la persona se desenvuelva en la sociedad. Identificar los síntomas de la enfermedad mental es el primer paso del tratamiento. Un diagnóstico médico de la enfermedad determinará el tratamiento más eficaz para la persona.

El tratamiento de las enfermedades mentales suele implicar a un equipo multidisciplinar de profesionales sanitarios. Las opciones de tratamiento pueden ir desde centros de internamiento o residenciales hasta grupos de apoyo o programas de 12 pasos. Algunos profesionales de la salud mental también pueden recetar medicamentos. En algunos casos, una persona puede ser capaz de superar los síntomas sin recibir medicación. Sin embargo, el mejor tratamiento para las enfermedades mentales es una combinación de psicoterapia y medicación.

El tratamiento de las enfermedades mentales tiene una larga y compleja historia. Comenzó en los primeros días de la historia registrada, cuando la gente creía que las enfermedades mentales eran causadas por una posesión demoníaca o por fuerzas sobrenaturales. Varios tratamientos primitivos incluían la trepanación, o un ritual en el que se expulsaba a un espíritu de una persona. Durante la Edad Media, se observaron pocas mejoras en el tratamiento de las enfermedades mentales, y muchos enfermos mentales fueron encerrados en manicomios.

A mediados del siglo XIX se introdujeron las primeras drogas psicotrópicas. En Estados Unidos también se utilizaron las lobotomías y la terapia de choque electroconvulsiva. Afortunadamente, la industria farmacéutica ha contribuido a cambiar el tratamiento de las enfermedades mentales. Muchas instituciones mentales tratan ahora la enfermedad como un desequilibrio químico en el cerebro.

Aunque la trepanación es el método más común para tratar las enfermedades mentales, se han desarrollado muchos otros métodos que han demostrado su eficacia. Uno de ellos es la terapia electroconvulsiva (TEC), que consiste en hacer pasar una corriente eléctrica de bajo voltaje por el cerebro. No se utiliza en niños. Sin embargo, ha demostrado ser muy prometedora en el tratamiento de algunas enfermedades mentales.

Antes de iniciar el tratamiento, es esencial diagnosticar un trastorno mental. Esto sólo puede lograrlo un profesional de la salud mental cualificado. Los psiquiatras, psicólogos, enfermeros psiquiátricos y trabajadores sociales están cualificados para diagnosticar y tratar a los pacientes. Muchos médicos de atención primaria también recetan medicamentos para tratar los trastornos mentales.

Proporcionar información precisa sobre las enfermedades mentales ayuda a reducir el estigma. Se han formado grupos de defensa para combatir los estereotipos negativos de los enfermos mentales y exigir que los medios de comunicación y el público dejen de presentarlos de forma inexacta. Al conocer a personas que padecen enfermedades mentales, el público puede estar expuesto a la realidad de vivir con una enfermedad mental, y esto ayuda a cambiar las actitudes hacia la condición.

El derecho a la atención sanitaria de las personas con enfermedades mentales se ha establecido en la Constitución de los Estados Unidos, que se afirmó en la década de 1970. Este derecho se deriva del derecho de la persona al debido proceso y su derecho contra el trato cruel e inhumano. En Canadá, la desinstitucionalización ha continuado desde entonces, pero el crecimiento de los servicios de salud mental basados en la comunidad no ha seguido el ritmo de cierre de los hospitales psiquiátricos. Esto ha contribuido a la falta de vivienda y al aumento de la delincuencia entre los enfermos.

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