¿Cuáles son los síntomas físicos de la depresión?
Si te preguntas si estás sufriendo una depresión, has llegado al lugar adecuado. Un psiquiatra consultor tiene experiencia en los síntomas de la depresión y puede ayudarte a hacer un diagnóstico. Una vez que sepa lo que está sufriendo, su psiquiatra consultor puede recomendarle opciones de tratamiento para mejorar su calidad de vida.
Dolor en las articulaciones
Las personas con depresión a menudo experimentan dolor en las articulaciones. Estos dolores pueden confundirse fácilmente con enfermedades físicas. Otro síntoma común es la fatiga, que puede limitar las actividades diarias y alimentar la autocrítica. La disminución del apetito también puede ser un signo de depresión. Los dolores de cabeza por tensión también son comunes.
La inflamación también puede ser un factor. Los investigadores han descubierto que la depresión aumenta la cantidad de ciertas citoquinas en el cuerpo. En la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, los investigadores descubrieron que las personas con depresión tenían niveles más altos de proteína C reactiva (PCR). Estas citoquinas están asociadas al dolor y la inflamación.
Las personas con dolor articular tienen más probabilidades de estar deprimidas que las que no lo están. Además, las personas con depresión tienden a tener umbrales de dolor más bajos, lo que las hace más propensas al dolor crónico. Esta combinación de dolor articular y depresión también puede aumentar el riesgo de desarrollar otros problemas de salud, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y cáncer.
Además del dolor articular, otro síntoma físico común de la depresión es el dolor de espalda. Otros síntomas dolorosos son el dolor de cabeza y el dolor en las extremidades. Los pacientes con depresión también pueden experimentar problemas gastrointestinales, insomnio y actividades psicomotoras. El dolor y la depresión están relacionados con los neurotransmisores, como la serotonina y la norepinefrina. Una disminución de los niveles de estas hormonas puede aumentar el dolor y la depresión.
dolor en las extremidades
Si experimenta dolor crónico y está deprimido, su dolor puede tener una conexión con su estado mental. Tanto el dolor físico como la depresión pueden estar causados por un desequilibrio de los neurotransmisores en el cerebro. Cuando un neurotransmisor es bajo o inexistente, esto provoca problemas en la capacidad del cuerpo para percibir el dolor. Afortunadamente, hay una variedad de tratamientos que pueden ayudar a equilibrar los niveles de estos neurotransmisores. Entre estos tratamientos se encuentran los antidepresivos y la psicoterapia.
Los investigadores han descubierto que el dolor crónico puede provocar depresión en muchas personas. De hecho, algunos estudios han demostrado que el dolor crónico es un predictor de la morbilidad depresiva en la población general. Un estudio reciente descubrió que los participantes que sufrían dolor crónico eran más propensos a experimentar episodios depresivos que las personas sin dolor.
Las personas con depresión experimentan muchos síntomas físicos además de sus síntomas emocionales. Estos síntomas pueden incluir dolor en el pecho, dolor en las extremidades, dolor de espalda, problemas gastrointestinales, cambios en el apetito y alteraciones del sueño. De hecho, el 69% de las personas con depresión declararon que experimentaban síntomas físicos. Además, las personas con depresión suelen tener pensamientos suicidas. Estos síntomas físicos están causados por la forma en que la depresión afecta al cuerpo. Además de alterar el funcionamiento de las células nerviosas, la depresión también puede afectar a los neurotransmisores del cerebro, que regulan el dolor y el estado de ánimo.
dolor de espalda
El dolor de espalda es uno de los síntomas físicos más comunes de la depresión. Puede interferir en la vida cotidiana y provocar problemas económicos. También puede causar malestar gastrointestinal, lo que dificulta la realización de las actividades habituales. El dolor de espalda crónico puede incluso afectar a su sexualidad y a sus relaciones. También se asocia a sentimientos de desesperanza y desesperación.
Una investigación realizada por la Universidad de Alberta indica una fuerte correlación entre el dolor de espalda y la depresión. Los investigadores descubrieron que los pacientes con fuertes dolores de cuello y espalda baja tenían cuatro veces más probabilidades de sufrir depresión que los que no padecían la enfermedad. La asociación era mayor entre las personas con dolor de espalda crónico. La depresión también se asoció con mayores tasas de discapacidad.
Además del dolor de espalda, la depresión suele provocar dolores corporales. Esto impide a las personas dormir bien y hacer ejercicio. El dolor también puede interferir en la capacidad de la persona para concentrarse y mantener una actitud positiva. Reconocer la conexión entre el dolor de espalda y la depresión puede ser el primer paso para encontrar ayuda.
Hay varias formas de afrontar el dolor de espalda. Una persona puede hacer pequeños cambios en su rutina diaria que supondrán una gran diferencia en su calidad de vida. Por ejemplo, pueden evitar el uso de las redes sociales a la hora de acostarse y reducir los alimentos inflamatorios. La terapia conversacional es otra gran forma de ayudar a las personas a controlar su dolor. La terapia les ayuda a desarrollar nuevas estrategias de afrontamiento y a aprender a lidiar con el dolor crónico.
fatiga
La fatiga es uno de los síntomas físicos más comunes de la depresión. Puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo desequilibrios hormonales, deficiencia de vitaminas o deshidratación. Las personas con depresión también experimentan dificultades para conciliar el sueño o para mantenerlo. Una persona que sufre depresión tiene un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca que alguien que no sufre depresión. Además, la fatiga puede empeorar otras enfermedades.
Es importante sacar tiempo para uno mismo. El ejercicio, especialmente a primera hora de la mañana, puede mejorar el sueño. Evite los entrenamientos nocturnos de alta intensidad y el consumo excesivo de cafeína, ya que pueden interferir con el sueño. Si tu patrón de sueño se ve afectado por la depresión, visita a un médico para que te haga un diagnóstico adecuado. Además, asegúrese de tomarse un tiempo para relajarse y reflexionar sobre cómo se habla a sí mismo.
La mejor manera de abordar la fatiga causada por la depresión es hablar con su médico. Su médico podrá evaluar su estado y recetarle la medicación adecuada. Además, un médico puede determinar si sus síntomas son causados por una condición médica diferente o un efecto secundario de un medicamento antidepresivo. En los casos graves, el médico puede prescribir una psicoterapia o una medicación diferente.
Cambios en el apetito
Uno de los síntomas físicos de la depresión es la disminución del apetito. Esto puede dificultar el control de los hábitos alimentarios. La depresión también puede provocar problemas digestivos y fatiga. Aunque estos cambios en el apetito son comunes en las personas con depresión, lo mejor es acudir a un médico si cree que está sufriendo una depresión.
Hay varios tipos de depresión, y sus síntomas pueden variar de una persona a otra. Quienes padecen un trastorno depresivo mayor tienen sentimientos negativos persistentes que interfieren en la vida diaria. En algunos casos graves, este trastorno puede incluso llevar al suicidio. Otras formas de depresión son menos graves. Las personas con distimia, que significa “mal humor”, pueden experimentar un apetito deprimido pero no tener los síntomas graves de la depresión mayor. Aunque puede ser difícil saber si se está experimentando un episodio depresivo, un médico suele poder revertir estos cambios y dar un plan de tratamiento adecuado.
Otro tipo de depresión es el trastorno disfórico premenstrual, que afecta a las mujeres en los días previos a la menstruación. Otra forma es la depresión psicótica, que se caracteriza por síntomas depresivos graves y alucinaciones. Por último, está el trastorno afectivo estacional, que comienza durante el otoño y remite durante la primavera. Las personas con este tipo de depresión suelen experimentar cambios en el apetito y el sueño.
Pensamientos suicidas
Los pensamientos suicidas son un síntoma común y muy real de la depresión. Estos pensamientos implican planes o ideas de matarse a sí mismo o a otra persona, pero no significan que la persona vaya a hacerlo realmente. La ideación suicida puede ser desencadenada por muchas cosas, como problemas financieros, una enfermedad debilitante o el fin de una relación. En estas situaciones, es importante buscar ayuda por la seguridad de la persona.
Lo primero que debes hacer si tienes pensamientos suicidas es hablar con tus seres queridos. Asegúrate de tomar tus medicamentos según lo prescrito, y trata de encontrar un pasatiempo o actividad que te guste. No intentes ocultar tus sentimientos a los profesionales de la salud, ya que esto sólo empeorará la situación.
Los pensamientos suicidas son muy peligrosos porque pueden llevar a un atentado contra la vida. La mayoría de las personas que se suicidan tienen un trastorno mental o de abuso de sustancias. Pero es importante tener en cuenta que las personas que se suicidan no quieren realmente morir, sino que sólo quieren acabar con su dolor. Si te preocupa que un ser querido pueda estar pensando en suicidarse, habla con él y busca ayuda inmediatamente. Podría ayudarles saber que otros también sufren los mismos síntomas.
Temas similares