La depresión resistente a los medicamentos y cómo combatirla
El primer paso para combatir la depresión resistente a los fármacos es entender qué es. Las personas que padecen esta enfermedad suelen encontrar alivio mediante una combinación de terapia y cambios en el estilo de vida. Es posible que estos cambios deban ser supervisados por un psiquiatra o un profesional sanitario para determinar el mejor curso de acción. Si experimenta síntomas de depresión que no han respondido al tratamiento, acuda a un proveedor de atención médica para obtener apoyo adicional.
Esketamina
Esketamina es un medicamento de prescripción utilizado para tratar la depresión. Debe administrarse bajo la supervisión de un profesional sanitario. Sólo está disponible para los clínicos inscritos en el ensayo controlado aleatorio (REMS) del fabricante. Suele administrarse una vez por semana en una dosis de 56 miligramos por vía intranasal. Sin embargo, en pacientes a los que les hayan fallado tres o más antidepresivos, la dosis debe aumentarse a 84 miligramos.
El fármaco está aprobado para el tratamiento de la depresión en adultos con trastorno depresivo mayor e ideación suicida aguda. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el fármaco no se ha comparado con otras terapias complementarias. Sin embargo, es posible que pueda contrarrestar los efectos negativos de la depresión y ayudar a la persona a superar los síntomas.
En los estudios de fase 2 y 3, se administró esketamina además de los tratamientos estándar durante las primeras cuatro semanas. A pesar del pequeño tamaño de la muestra, el fármaco ha mostrado una respuesta consistente en las tasas de remisión y respuesta de los pacientes en comparación con el placebo. La eficacia de la esketamina se demostró en pacientes con antecedentes de recaídas y en aquellos con antecedentes de trastornos psicóticos.
El uso de esketamina ha sido aprobado para la depresión resistente al tratamiento en adultos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). En la TRD, un episodio depresivo no responde a los ensayos con antidepresivos. Este medicamento podría estar pronto disponible para su uso clínico en Europa.
Aunque la esketamina es una opción de tratamiento prometedora para la depresión, todavía necesita más investigación para estar ampliamente disponible. Todavía hay que superar muchos obstáculos logísticos y hay muchas preguntas sobre el impacto a largo plazo del medicamento en los pacientes.
Terapia electroconvulsiva
El uso de la terapia electroconvulsiva (TEC) es una opción de tratamiento para los pacientes con depresión resistente a los medicamentos. Los beneficios de la TEC suelen ser inmediatos, pero existen riesgos. Por lo general, más de la mitad de los pacientes sometidos a TEC sufren una recaída al cabo de varios meses. Por ello, los médicos pueden combinar los antidepresivos con sesiones periódicas de TEC para tratar esta complicación.
El procedimiento, que se realiza en un hospital, consiste en hacer pasar pequeñas corrientes eléctricas por el cerebro para inducir una breve convulsión. Se cree que estas corrientes alteran la química cerebral y pueden revertir los síntomas del trastorno bipolar y la depresión resistente a la medicación. Actualmente, las últimas investigaciones demuestran que la TEC es segura y eficaz para tratar a los pacientes con estas enfermedades. Sin embargo, todavía se considera un último recurso y a menudo va acompañada de un estigma.
La terapia electroconvulsiva puede ayudar a los pacientes con depresión al alterar la estructura y la función de la región del hipocampo. Según un estudio publicado en la revista J Clin Psychiatry, la terapia electroconvulsiva altera el metabolismo del cerebro. Como resultado, los pacientes que anteriormente habían respondido a la medicación sin ningún resultado mostraron una mejora en sus síntomas de depresión.
En comparación con otras formas de tratamiento de la depresión, la TEC es rentable y puede mejorar la calidad de vida de muchos pacientes. Los estudios han demostrado que la terapia electroconvulsiva reduce la duración de la depresión no controlada en un 50%. Además de mejorar la calidad de vida, la TEC puede reducir la incidencia de la depresión mayor hasta en un 50%. Aunque no es una cura para la depresión, constituye una alternativa eficaz a la psicoterapia.
La terapia electroconvulsiva ha demostrado ofrecer resultados rápidos en pacientes con enfermedades mentales graves, incluida la depresión mayor. También es útil para tratar la manía severa, un estado caracterizado por una euforia extrema, agitación e hiperactividad. Incluso puede utilizarse para algunos pacientes que sufren catatonia, un trastorno caracterizado por la agitación extrema y la deshidratación.
Terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una opción para los pacientes que no han respondido a los antidepresivos. Se ha comprobado que es tan eficaz como los medicamentos antidepresivos por sí solos y, a menudo, se combina con los medicamentos antidepresivos para aumentar la eficacia del tratamiento. Aunque no ha habido ensayos de control aleatorios que comparen la TCC con la medicación antidepresiva, un estudio descubrió que añadir la TCC a la medicación reducía los síntomas depresivos de forma significativa en 16 semanas y mantenía el efecto hasta 12 meses.
Se realizó una revisión sistemática de la literatura publicada utilizando las directrices Prisma para llevar a cabo la revisión. El estudio incluyó artículos publicados desde 1985 hasta 2017 en revistas como PubMed, SciELO, PsycArticles, Science Direct y Psychiatry Online. Incluyó estudios abiertos e informes de casos, así como revisiones sistemáticas. Se incluyeron un total de 1580 artículos.
La terapia cognitivo-conductual tiene como objetivo reducir la depresión desafiando los patrones de pensamiento negativos. También enseña a los pacientes a sustituir los pensamientos negativos por otros positivos. Este cambio de pensamiento conduce a un cambio de comportamiento, que puede aliviar significativamente la depresión. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la TCC tarda en lograr resultados duraderos y puede tardar semanas en conseguirlos.
Si el tratamiento no funciona, la persona debe considerar métodos alternativos. Los fármacos pueden empeorar la depresión, por lo que es importante colaborar estrechamente con un profesional de la salud mental para determinar la mejor opción de tratamiento. Normalmente, los antidepresivos tardan entre cuatro y ocho semanas en ser totalmente efectivos. También es importante tener en cuenta que algunas personas pueden necesitar tomar dosis más altas que las prescritas. La dosis adecuada depende de una serie de factores, incluida la gravedad de los síntomas.
La población del estudio era pequeña, con 43 pacientes inscritos. La mayoría de los participantes eran pacientes externos. Los pacientes tenían un diagnóstico de trastorno depresivo mayor según los criterios de la Entrevista Clínica Estructurada para el DSM-IV (SCID). La puntuación de la Escala de Calificación de la Depresión de Hamilton (HRSD) debía ser de al menos ocho para poder participar en el estudio. Se consideró que los pacientes que cumplían estos criterios tenían una resistencia al tratamiento de nivel dos o superior.
Hacer ejercicio
El ejercicio es una gran manera de aliviar la depresión. Puede mejorar su estado de ánimo y aumentar el flujo sanguíneo a su cerebro. También puede aumentar su sentido de autoestima. También puede ayudarte a mejorar tus conexiones sociales. Las personas que hacen ejercicio con otros se sienten más seguras. Si estás luchando contra la depresión, puedes considerar empezar un programa de ejercicios y trabajar con un entrenador personal para desarrollar un programa que funcione para ti.
Los efectos de la actividad física sobre los síntomas de la depresión son modestos, pero son reales. Una de cada cuatro personas verá una mejora en sus síntomas de depresión si hace ejercicio. Se necesitarían siete personas que usaran antidepresivos para conseguir el mismo resultado. Por tanto, el ejercicio es una alternativa viable a los fármacos para tratar la depresión.
Los estudios han demostrado que la actividad física puede ayudar con la depresión y la ansiedad. Las personas que hacen ejercicio con regularidad también pueden afrontar mejor el estrés. El ejercicio también aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, lo que ayuda al cuerpo a hacer frente a los problemas mentales. El ejercicio vigoroso regular puede reducir el riesgo de desarrollar un trastorno mental en un 25 por ciento. Además, puede mejorar los síntomas con la misma eficacia que la medicación. Además, los efectos del ejercicio son duraderos.
El ejercicio es la mejor manera de combatir la depresión resistente a los medicamentos. Dependiendo del tipo de depresión, la forma de ejercicio más beneficiosa es la actividad aeróbica. Esto incluye trotar, caminar, correr, bailar y hacer senderismo. También se puede probar el kickboxing o las clases de aeróbic. La Clínica Mayo recomienda 30 minutos de ejercicio aeróbico de 3 a 5 veces por semana. Sin embargo, incluso sesiones de 10 o 15 minutos de ejercicio pueden suponer una gran diferencia.
Mantener una rutina ayuda a combatir la depresión resistente a los fármacos
Mantener una rutina puede ayudar a las personas con depresión a superar su estado. Puede ayudarles a evitar la fatiga por decisión y a recuperar su motivación. Las rutinas también pueden ayudarles a reducir sus niveles de estrés. Un horario diario puede ayudar a las personas con depresión a relajarse y a dormir mejor por la noche. Un horario regular también ayuda a evitar el consumo de alcohol o de drogas recreativas, que empeoran los síntomas.
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