Síntomas somáticos de la depresión

Hay una serie de síntomas somáticos de la depresión que pueden afectar a la vida de una persona. Estos síntomas pueden ser dolorosos y agotadores. Un paciente puede sentirse impotente y perder su confianza, lo que puede comprometer su tratamiento. Es imprescindible que el paciente cuente con un personal médico clínico que pueda ayudarle a afrontar estos síntomas.

Síntomas físicos dolorosos

Existe una clara relación entre la depresión y el dolor, y ambos suelen ser concurrentes. Ambas afecciones se asocian a un mayor riesgo de sufrir varios problemas médicos, que van desde el dolor persistente hasta las enfermedades cardiovasculares graves. Además, el dolor y la depresión comparten una base neurobiológica similar: ambos tienen alteradas las vías seratonérgicas y noradrenérgicas. La seratonina, por ejemplo, tiene un doble papel en las vías del dolor: desempeña una función analgésica y algógena en los tejidos periféricos, mientras que actúa como opioide en el sistema nervioso central.

Los síntomas físicos dolorosos en la depresión pueden ser especialmente difíciles de diagnosticar. Es necesario realizar una anamnesis y una exploración física exhaustivas para determinar si el dolor es un síntoma de depresión. También es importante tener en cuenta cualquier factor agravante o atenuante, como un entorno laboral estresante o una discusión reciente. Además, el clínico debe preguntar sobre otros síntomas asociados a la depresión, como cambios en el apetito, dificultades de concentración o problemas de sueño.

La evaluación de la adherencia es también una parte esencial del tratamiento de los síntomas físicos dolorosos en la depresión. El médico debe cuestionar la opinión del paciente sobre los medicamentos que se le prescriben. Algunos pacientes pueden tener miedo de los efectos secundarios, mientras que otros pueden sentir una fuerte preferencia por sus medicamentos actuales. Algunos pacientes pueden incluso intentar experimentar con diferentes medicamentos para ver cuál les funciona mejor.

Los síntomas físicos dolorosos en la depresión pueden complicar aún más el diagnóstico del trastorno depresivo mayor, y su presencia puede repercutir negativamente en los resultados del paciente. Para identificar la relación precisa entre el dolor y la depresión, se realizó una revisión de la literatura utilizando las bases de datos MEDLINE y EMBASE. La búsqueda excluyó los estudios en los que no se encontró una base orgánica clara. Además, la búsqueda se restringió únicamente a los estudios europeos. Tras aplicar estos filtros, se identificaron 70 estudios que cumplían nuestros criterios. De ellos, alrededor del 40% se realizaron en clínicas de dolor de atención secundaria, mientras que sólo unos pocos se realizaron en entornos psiquiátricos.

Los pacientes con dolor y depresión deben someterse a un tratamiento agresivo para estos síntomas con el fin de mejorar las posibilidades de remisión del paciente y prevenir las recaídas. Varios fármacos tienen efectos analgésicos que ayudan a reducir el dolor. Los antidepresivos con propiedades analgésicas son una buena opción para las personas con depresión y síntomas físicos dolorosos.

Los síntomas físicos dolorosos en la depresión se asocian con el riesgo de suicidio y suelen ir acompañados de ideación suicida. Por ello, es importante evaluar a los pacientes con síntomas físicos dolorosos para detectar la ideación de autolesión. El dolor y las quejas somáticas a menudo pueden dificultar esta evaluación. También es importante considerar si el paciente padece algún trastorno mental comórbido. Esto puede hacerse indagando sobre las fuentes de dolor y angustia. Si la respuesta a esta pregunta es positiva, el paciente puede requerir una evaluación psiquiátrica.

Las causas subyacentes del dolor en la depresión son controvertidas y los debates continúan. Sin embargo, los estudios han demostrado que un control adecuado del dolor puede conducir a la remisión de los síntomas depresivos en los pacientes deprimidos. Sin embargo, se necesitan más estudios. Un estudio reciente, realizado por Robinson y sus colegas, examinó a 523 pacientes con depresión y dolor. Descubrieron que el 41% de la remisión era un efecto directo del tratamiento, y el 37% estaba relacionado con mejoras funcionales.

Fatiga

Uno de los síntomas somáticos comunes de la depresión es la fatiga. La fatiga suele ir acompañada de otros síntomas como alteraciones del sueño y cambios en el apetito. El término fatiga se utilizó por primera vez en el DSM-III en 1980. Al principio se pensaba que se refería a los bajos niveles de energía, y se consideraba un síntoma de los trastornos depresivos. Más tarde, la fatiga se diferenció de la anhedonia distinguiendo su biología.

La fatiga es uno de los síntomas somáticos que presentan los pacientes que sufren depresión mayor. La frecuencia de los síntomas somáticos varía según los distintos estudios, y es mayor en los países no occidentales. En un estudio, investigadores de la Organización Mundial de la Salud examinaron a 25.916 pacientes en 15 centros de atención primaria de cinco continentes. Estos pacientes se sometieron a evaluaciones estructuradas para determinar si sufrían un trastorno depresivo.

El tratamiento del trastorno de síntomas somáticos suele consistir en visitas periódicas a un profesional sanitario de confianza. El médico realizará exámenes físicos, pedirá pruebas de laboratorio y preguntará sobre su historial médico. Dependiendo de la gravedad de su enfermedad, el profesional sanitario puede recetarle antidepresivos. Estos medicamentos pueden reducir su fatiga y ayudarle a funcionar mejor en la vida diaria.

Muchas otras enfermedades y condiciones pueden causar fatiga. Se sabe que la diabetes, las enfermedades del corazón, los trastornos de la tiroides y la dependencia del alcohol contribuyen a la sensación de agotamiento. Un alto nivel de estrés en el lugar de trabajo también puede desencadenar sentimientos de agotamiento. Estos factores pueden provocar otros síntomas, como la dificultad para conciliar el sueño y mantenerlo. Además, la depresión puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y otras afecciones.

Un estudio realizado en pacientes con cáncer descubrió que la gravedad de la fatiga puede servir como indicador de la depresión. En pacientes mayores con cáncer, la gravedad de la fatiga estaba relacionada con la depresión en la Escala de Depresión Geriátrica de 15 elementos. Los pacientes con cáncer eran más propensos a revelar síntomas somáticos que afectivos. Es importante que el personal de enfermería vigile a los pacientes mayores con cáncer para detectar una posible depresión.

La prevalencia de somatización fue la más alta en general, y sólo ligeramente diferente entre centros. En los centros sin cita previa, la probabilidad de somatización fue mayor que en los centros donde los pacientes fueron atendidos por un médico personal. Este hallazgo es coherente con otros estudios. La fatiga es uno de los síntomas somáticos de la depresión con los que muchas personas luchan.

Se cree que una red de citoquinas regula el estado de ánimo y la motivación en la depresión. Esta red es activada por las citoquinas inflamatorias. En un estudio, la administración a largo plazo de citoquinas proinflamatorias disminuyó la activación ventral del estriado. También disminuyó los niveles presinápticos de dopamina estriatal, lo que se correlacionó con los cambios de comportamiento en la fatiga.

Falta de energía

La aparición de la depresión en los pacientes con enfermedades somáticas va acompañada de una serie de síntomas somáticos, como la fatiga y la falta de energía. La gravedad de los síntomas somáticos también predijo una peor respuesta al tratamiento. La mayoría de los pacientes con depresión mayor presentan síntomas somáticos. Estos síntomas incluyen fatiga, pesadez en la cabeza y dolor corporal.

El síntoma más común es el dolor. Otros síntomas pueden incluir sentimientos o pensamientos excesivos. Este trastorno puede ser increíblemente angustioso e interferir en el funcionamiento diario. Los pacientes con este trastorno suelen estar preocupados por sus síntomas y pueden buscar ayuda médica, incluso cuando no hay otras condiciones médicas presentes. Cuando este trastorno no se trata adecuadamente, puede dar lugar a graves trastornos emocionales y físicos. Pero el tratamiento es posible y puede ayudar a mejorar su calidad de vida.

Una revisión sistemática de la atención primaria y de las revistas médicas descubrió que una gran proporción de los pacientes con depresión tenía síntomas somáticos. Esto significa que los médicos deben considerar otras causas antes de centrarse en las causas psicológicas. Un estudio descubrió que dos tercios de todos los pacientes con depresión en atención primaria presentaban síntomas somáticos. Este grupo de pacientes tiene una mayor carga de enfermedad y es más difícil de tratar. Esto se debe en parte a que muchos médicos no se sienten cómodos hablando de los síntomas psicológicos durante las consultas, lo que dificulta el diagnóstico de los pacientes con enfermedades somáticas. Por lo tanto, son necesarios esfuerzos educativos para mejorar el reconocimiento y el tratamiento de la depresión en la atención primaria.

La falta de energía es un síntoma común de la depresión. También es un rasgo distintivo de la esquizofrenia. Los estudios han demostrado que un tercio de los pacientes con esquizofrenia sufren anhedonia. Varias investigaciones han analizado la relación entre la fatiga y la anhedonia en este trastorno.

Los investigadores estudiaron a 510 pacientes que cumplían los criterios del estudio. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a mediciones cualitativas y cuantitativas. Las primeras incluían una entrevista estructurada basada en la escala de síntomas somáticos. La segunda, por su parte, consistió en diecisiete ítems que miden la gravedad de la depresión. Además, se consideraron somatizantes aquellos pacientes que informaron de al menos un síntoma somático.

Las investigaciones sobre la depresión indican que es probable que los médicos subestimen el impacto de los síntomas somáticos en el diagnóstico global de la depresión. Muchos médicos basan su diagnóstico únicamente en los síntomas físicos, en lugar de considerar los síntomas emocionales del paciente. Esto sugiere que los médicos necesitan aprender habilidades específicas para reconocer los síntomas de la depresión.

La falta de energía puede ser un signo de depresión. Aunque muchos de los síntomas de la depresión no muestran síntomas físicos evidentes, estos síntomas suelen ir acompañados de cambios en el comportamiento. Por ejemplo, las personas que carecen de energía pueden dedicar menos tiempo a su cuidado personal, e incluso pueden perder peso. Sin embargo, no todas las personas con depresión presentan estos síntomas. Algunas pueden seguir con sus actividades diarias a pesar de los síntomas.

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